Para un aspirante a escritor, hace una ilusión especial ver en la cartelera del cine una película que habla de sus preocupaciones, tan absurdas vistas desde lejos, pero tan angustiantes si uno las vive en sus propias carnes.
El Autor, dirigida por Manuel Martín Cuenca y basada en el primer relato de Javier Cercas, trata precisamente de un escritor novel sin demasiado talento que busca, como tantos otros, a esa musa caprichosa que le lleve a escribir una historia con verdad y personajes con vida propia. Son dos de las principales obsesiones que compartimos los que empezamos en este arduo camino de la narrativa. Contrastar nuestros temores a la página en blanco con un film como El Autor resulta terapéutico, al tiempo que nos ofrece unos cuantos consejos para dar un paso adelante en nuestra carrera como escritores.
¿Qué estarías dispuesto a hacer para convertirte en escritor de éxito? Esta es, quizás, la pregunta que sobrevuela El Autor. El personaje protagonista (Javier Gutiérrez), mediocre y sin escrúpulos, tiene la respuesta: todo, haría todo lo que fuera necesario por escribir una buena novela.
Animado por su profesor de escritura creativa, interpretado por Antonio de la Torre, el Autor se dedica no solo a espiar a sus vecinos, sino también a manipular sus vidas para que sean ellos, los personajes, los que acaben escribiendo la historia.
En El Autor, el aspirante a escritor es una persona obsesiva, maniática, envidiosa por el éxito de su mujer como escritora bestseller y con serias dificultades para discernir entre la realidad y la ficción. De hecho, cazar buenas historias, robárselas a sus protagonistas o provocarlas se convierte para él en una necesidad vital, tanto como dormir o comer. Dejando de lado la exageración enfermiza que propone la película, ¿no te sientes identificado?
Consejos de El Autor para convertirte en escritor de éxito
A continuación, te recuerdo algunos consejos que ofrece El Autor para convertirte en escritor de éxito. Seguro que muchos de ellos te suenan de los libros sobre narrativa y los cursos de escritura creativa que hayas realizado.
La realidad como fuente de inspiración
Cierra un momento los ojos. Intenta recordar a tu primer profesor de escritura creativa. ¿Cuál fue su primer consejo? Seguro que te recomendó que llevaras contigo una libreta de bolsillo y que anotaras todo aquello que te sorprendiera de la realidad cotidiana: conversaciones en el tren, una discusión entre dos camareros, los juegos de seducción en una discoteca, un hombre que deja morir el día bebiendo cerveza en un banco…
La observación activa, pensando ya en escribir sobre la realidad, afila nuestra mirada y nos plantea argumentos, formas de mover y dar vida a nuestros personajes. Aunque parezca que esa idea o impresión que nos ha quedado nunca vaya a desaparecer, lo cierto es que la olvidaremos antes de que acabe el día si no la anotamos en un cuaderno o en alguna aplicación móvil como la siempre recomendable Evernote.
Observar como escritores nos ayuda a vivir con más atención. Con más intensidad.
Vivir, mejor que leer
La mayoría de escritores (por increíble que parezca, no todos) somos amantes de la lectura y nos dejamos inspirar por nuestros autores de referencia. De hecho, si te paras a pensar, podrás identificar al menos un elemento de estilo, descripción de personajes, puntos de vista o ritmo que te ha llamado la atención de la última novela que has leído y que puedes incorporar a tu armario de recursos para escribir. Ninguna lectura es mala ni sobrante. De todas puedes aprender para convertirte en escritor profesional.
Sin embargo, no podemos encerrarnos en el laboratorio de los libros y convertirnos en alquimistas que mezclan elementos de anteriores historias para crear nuevas criaturas narrativas. Como recomienda Antonio de la Torre en El Autor, tenemos que salir a la calle y experimentar con nosotros mismos para que la vida recorra las líneas que escribimos.
Dar vida propia a los personajes
Grandes personajes pueden hacer que una trama discreta pase a la historia. En cambio, una gran historia parecerá superflua y superficial si la padecen unos personajes planos y estereotipados, cargados de lugares comunes. El típico consejo de las escuelas de escritura es que diseñes los personajes con un pasado y matices suficientemente ricos como para que tengan entidad propia. El protagonista de El Autor tiene entre ceja y ceja construir personajes que respiren por sí solos, y vaya si lo hace.
Él, como autor y maestro de ceremonias, da a sus vecinos el impulso que necesitan para llegar al límite a fin de conseguir sus objetivos, como alcanzar estabilidad económica o vivir una historia de pasión a las puertas de la tercera edad.
No se valen personajes dubitativos. No se valen medias tintas ni incoherencias. El motor que mueve una historia son los objetivos y los obstáculos que exigen a los personajes dar lo mejor (y lo peor) de ellos mismos.
En el caso de El Autor, el personaje de Javier Gutiérrez tiene el objetivo de escribir una novela que pase a la historia de la literatura y que le convierta en un autor de éxito, laureado por la crítica. Para lograrlo, se toma al pie de la letra los tres consejos que se dan en cualquier taller de escritura creativa: vivir, inspirarse en la realidad y permitir que sean los personajes quienes escriban su historia.
Yvonne says
Como siempre, cuando leo tus comentarios sobre libros o peliculas, tengo muchīsimas ganas de leerlos o verlas cuanto antes.
Robert Sendra says
Moltes gràcies! La pel·lícula és molt recomanable 🙂